domingo, 29 de abril de 2007

ECONOMIA Y NATURALEZA EN LOS PARQUES

Llevo un par de días con una apasionanate lectura de una monografía sobre economia y naturaleza.
La verdad es que no alumbra en mi camino nuevas sombras. Más bien ilumina los mismos problemas con luces más potentes. Llama la atención el hecho de que la compatibilización de los usos extractivos y la oferta de "economía" a los pobladores "humanos" se plantee como estrategia para frenar las voraces acciones del urbansimo especulativo en los entornos de valor ecológico.

Defiendo, como cualquier bien nacido, la protección ambiental que permite la supervivencia de las especies variopintas que pueblan la tierra; y loclamente, los habitat que permiten desarrollos poblacionales equilibrados, basados en "economías" sostenibles y guiados por el sentido común. Esto es, como se han guiado desde hace siglos las comunidades rurales que han conservado sin esfuerzo social, ni "exoexigencias", lo que ahora desde la platea urbana se demanda con rigor que debe ser protegido.

Soy más que consciente de que la protección de los recursos naturales no ha de depender exclusivamente de la población local, pues ya no contamos con la etiqueta de "indigenas" y nuestros intereses son , en la mayoría, destilados en el mismo almabique que la población urbana, que ve en nuestro territorio oportunidades de expansión económica con plusvalias volubles que trascienden de lo local a territorios más amplios, dotados de otros recurso economicos especulativos que impiden alcanzar la "reinversión" de las ideas en el ámbito rural donde se genera la economía especulativa.

Pero...¿ dónde realmente nace el concflicto?... No puede crearse un consenso global si la acción represora legal no considera valorar la acción de los indigenas equilibrando su economía.

Esta es la idea del libro que estoy leyendo.

No hay mucho más que decir. Es una cuestión clara y abierta. La gestión de los espacios ha de abrirse camino en el entorno institucional inmediato a los pobladores del espacio. De otro modo , es decir del modo en que ahora se gestiona el espacio, esta llamado a fracasar. Y por supuesto toda acción de generación de economía tambien lo estará.

Limitar acciones humanas sin evaluar las habidas y las que continuan en activo supone progresar hacia otra situación.

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Abraham Abulafia fue un cabalista español, nacido en Zaragoza (1240-1291) que vivió en Tudela y viajó por Tierra Santa en 1260. Entre otras obras escribió un comentario a la Guía de perplejos de Maimónides.