Pero no , no creo que Boné persiga la pureza del concepto. No creo que sus aspiraciones vayan más alla de la nada: Esa es la cifra. Y no dice nada tampoco. Es la nada absoluta.
Tenemos un joven parque de 198 días o 7 meses, que es lo mismo que la nada. Y ni un solo movimiento del Consejero, ni una sola acción organizativa o de planificación, ni una sola acción de desarrollo prevista para los próximos 198 días o 7 meses y cada día que pasa la esperanza de avanzar se diluye en la propia actitud de los representantes de los pobladores de los Valles y la falta de movimiento del Gobierno de Aragón.
¡NADA! y no parece que vaya a haber mucho más que la nada.
Los ingresos públicos por recursos y aprovechamientos siguen cayendo en picado, y nada sustituye la perdida de rentas públicas en los Valles.
La esperanza de fijar puestos de trabajo, renta per capita en suma, que permita asentar población está cada vez más lejos de ser una realidad.
Y la gestión del Espacio Natural en su conjunto adolece de toda accion planificadora que permita ver un horizonte esperanzador.
Ni siquera la ordenación de los espacios públicos para cumplir con el fin divulgativo de los parques Naturales es objeto de acción administrtiva alguna.
¡NADA! ya digo bien, ¡NADA!
Es la definción de la impotencia lógica de Sartre; mas afín a lo que está sucediendo en el Parque Natural de los Valles, que la presumible concepción kantiana de Boné.
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