lunes, 2 de julio de 2007

LA RIQUEZA DEL SUELO COMO RECURSO NATURAL

La nueva ley estatal del suelo, vigente desde el día 1 de Julio, que pretende el frenazo sin derrapes de la ley aznariana del 98, recoge una serie de principios "concéntricos" que se fundamentan, a su vez, en una formulación valorativa del suelo que se resume en la definición del suelo como un recurso natural y económico.




La nueva Ley "Rediseña" el estatuto del propietario, divulga límites y controles al urbanizador privado y somete el desarrollo del suelo al renombrado y nunca bien amado Interés General ( Público).

Pero claro, en un contexto de libre empresa, de mercado duro; de oferta y demanda, en suma, que precisamente hace objeto de sus intereses a los recursos naturales.

En esta redefinición... ¿ Dónde situariamos al suelo rústico "vocacional" entre los sectores economicos referidos a la productividad? ¿ Sector primario, Sector secundario?¿ Sector Servicios?... en fin...

Lejos de añadir un esquema de "revitalización y control" del recurso natural "suelo", el legislador se queda en el umbral del problema y ordena un nuevo diseño de las competencias autonómicas urbanisticas dentro de un marco que al PP le faltará poco para recurrir al Constitucional ( por tocar los webols, obviamente, como ya lo hiciera con las enmiendas presentadas, acompañado por los muchachos de CiU, al texto presentado al Congreso).

Tanto es asi, que estoy seguro que en unos años los obispos valencianos reivindicarán la construcción de un templo para los mártires zaplanistas del 2007, como así lo han hecho para con los caidos en el bando NACIONAL del 36. Mártires dicen que son...

Lo más curioso de todo es que los límites son tan diafanos como los de la ley del 98, y no evita la especulación, salvo que la propia administración decida con todas las de la LEY que si un suelo se clasifica como URBANIZABLE se urbaniza y listo, in situ, ipso facto, sin demora, sin opción a la especulación ni al negocio del interés bancario. De otro modo lo único que esta ley aumenta es el riesgo en las adquisiciones privadas de suelo rustico "vocacional" si por un casual dicho suelo después de ser vendido es objeto de justiprecio, por expropiación, por ejemplo.

Es decir, a mayor riesgo mayor beneficio ¿no?

Esto es, los plazos para generar ciudad/ pueblo, han de preverse en el plan general; y el desarrollo del suelo debe necesariamente acotarse bajo una única figura de suelo urbanizable, sin dar opción a que el tiempo burocrático, papel a papel, vaya generando un valor añadido al suelo con "vocación" edificatoria.

Por otro lado el sometimiento del planeamiento a una "evaluación ambiental" parece adecuado y acertado, cuando menos en su dicción.


Pero diversificar la ocupación del territorio es una quimera, tengamos ésta u otra Ley. El mundo rural está llamado a desaparecer y punto.

La perversión, a mi modo de ver, consiste en que esta nueva Ley acerca peligrosamente dos conceptos en pugna: Urbanismo y "recursos naturales". Si , resulta una idea paradójica, pero yo así lo veo. Y creo que si la Ley habla del suelo como un recurso natural y además económico, es que el legislador no es ajeno a esta nueva fuente de riqueza "natural".

Y es que NUNCA debía de haberse alejado tanto la gestión urbansitica de la ambiental, porque ahora el valor paisajistico y medioambiental y la "delicada inserción" de lo urbanístico en los espacios "verdes", está mas valorado que nunca en el mercado.

Seguro que la culpa es de ZP. ¿No, Eduardo?

La verdad es que por lo menos , con esta nueva ley, el valor del suelo podrá recomponerse. Ya no habra tertulia urbanistica dónde se hable de que si este suelo o aquel otro tiene un valor tal o cual por su "vocación" y porque tengo "mano" en el Ayuntamiento.




Yo apuesto por la ARCOLOGIA o la mínima utilización de suelo, la construcción vertical para la producción de recursos, que bien podría trasladar la idea al urbanismo.
Desde luego con este sistema el suelo carecería de valor.

No hay comentarios:

Datos personales

Mi foto
Abraham Abulafia fue un cabalista español, nacido en Zaragoza (1240-1291) que vivió en Tudela y viajó por Tierra Santa en 1260. Entre otras obras escribió un comentario a la Guía de perplejos de Maimónides.