viernes, 5 de agosto de 2011

DERECHOS O BENDICIONES



Queremos derechos, no bendiciones.
La Indignación no se muestra con la faz de la indignidad. La indignidad policial, dando muestra de un esencial apoyo ejecutivo, coactivo, a las decisiones políticas, ha elevado la indignación a un lugar de legitimación mucho mayor que aquel desde el que nació.
Y lo peor de todo es que los políticos siguen sin entender que el diseño de este sistema no les pertenece.
Izquierda y derecha, da igual. Ambos están a un lado de una pirámide con base y cúspide. La revolución metodológica nace del pacifismo y la desobediencia.
Cuando el poder establecido ve peligrar su s posición de dominio, cuando el pueblo determina por sus medios que el sistema no pertenece a unos pocos; cuando una sociedad descubre que nada hemos avanzado políticamente dese el año1975, a pesar de que nos han bombardeado el subconsciente de ideas de renovación, progreso y avance político; entonces surge la violencia que justifica que estamos ante una revolución.


Pero es una violencia institucional. Marcada por la laicidad anunciada por la visita del Germano Beato Benedicto, aprendiz de Santo de entre cuyos milagros para alcanzar la santidad, éste de hacer lucir el SOL con color azul será el más nombrado una vez su frente se haya ungido de plata y oleos que lubriquen su ascensión al cielo redentor que se han fabricado para solaz de su espíritu.
Entre tanto, la mirada de un Indignado, con más dignidad que nunca, abate la faz de los policías que le custodian, con la limpieza de ideas que empuja su causa.

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Abraham Abulafia fue un cabalista español, nacido en Zaragoza (1240-1291) que vivió en Tudela y viajó por Tierra Santa en 1260. Entre otras obras escribió un comentario a la Guía de perplejos de Maimónides.